“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia”.
2 Corintios 9:8
Es sorprendente y maravilloso ver todo lo que le es posible hacer al hombre contemporáneo. Pensemos tan solo en los avances médicos o los tecnológicos (computadoras). Sin embargo, frente a la ineludible muerte, sigue siendo completamente indefenso. Qué distinto el Eterno y Todopoderoso Dios: “poderoso es Dios…”, no solo para hacer algo o mucho, sino para hacer “toda gracia” y en “abundancia”. Cuando se enfrente a un día con nuevos deberes y desafíos, imprevistos y estrés, puede acudir a la “estación de emergencia” celestial: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia” (Juan 1:16). El Señor regala gracia para amar, para servir, para sobrellevar situaciones, para hablar o también para callar; gracia para trabajar, para soportar y resistir. Gracia para tomar buenas decisiones y dar los pasos correctos. Nuestro versículo hace referencia especialmente a la comunión de los hermanos en la iglesia local. Aquí podemos poner en práctica los dones otorgados, el equipamiento para el servicio, para que la iglesia en su totalidad pueda crecer hasta la perfección. En 2 Corintios 9 el apóstol Pablo también da directrices sencillas en cuanto al bendecido dar de los creyentes: “…a fin de que (…) abundéis para toda buena obra”, esto se refiere a la colecta de dinero para los santos en necesidad (cristianos de entre los judíos). Aceptemos la gracia ofrecida y dejemos de intentar vivir a expensas de nuestras propias reservas. Tal vez es por eso que tantas veces nos encontramos vacíos y agotados. ¡Llevemos con nosotros en este nuevo día estas preciosas palabras: “Poderoso es Dios para hacer…” y que su gracia nos baste!
Por Dieter Steiger