“Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba”.
Génesis 32:25
Inmediatamente surge la pregunta: ¿el Señor realmente no pudo forzar a Jacob? ¡Claro que sí! ¿Pero y entonces por qué no lo hizo? ¿Qué significa la expresión “vio que no podía con él”? A mi entender esto nos tiene que confrontar de una manera especial con la misericordia de Dios. Como ya se ha mencionado, Dios aquí podría haber derrotado a Jacob. De haberlo hecho –desde el punto de vista humano– Jacob no podría ni siquiera haber protestado, pues se lo merecía. Pero Dios no derrotó del todo a Jacob y con esto dio una tremenda prueba de su misericordia. Cuando el Señor “no pudo con él”, es decir, no lo forzó, mostró claramente que, pese a su equivocación, siempre lo había cuidado. A pesar de que Jacob hasta ese momento de su vida había estado luchando contra el Señor, Dios nunca lo había derrotado. Y con este suceso en la vida de Jacob se cumplió aquella promesa de 2 Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo”. ¡Qué milagro inconmensurable el de la gracia de Dios! ¡Qué amor tan incomprensible! Querido lector, en este día lo invito a meditar nuevamente en este tan maravilloso hecho y a tratar de comprenderlo por fe.
Por Marcel Malgo