“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.
Colosenses 1:9
Pablo, estando preso en Roma, recibió por parte de Epafras un informe acerca de la situación en Colosas. Basado en este, escribió estas palabras. La iglesia tenía fe en Jesucristo y amaba a todos los santos (versículo 4), pero según el capítulo 2, versículos 4 en adelante, Pablo también tuvo que decir que estaban en peligro por prestar oído a falsas doctrinas y filosofías. Pablo reaccionó con oración con base en lo escuchado. ¿Qué hacemos nosotros si escuchamos cosas negativas acerca de otros? ¿Oramos por ellos y apoyamos a los afectados? ¿O solo hablamos con afán sensacionalista y pensamos: “¡Se lo merecen!”? Al igual que Pablo, deberíamos asumir una postura sacerdotal, pues estamos llamados a apoyarnos. Pablo oró para que los Colosenses fuesen “llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”. Aquí no se trata de conocimiento humano, sino del conocimiento del Señor. Pablo tampoco pensó en desligarse de su responsabilidad hacia los colosenses. No, él intercedió por ellos, le eran importantes. Para que a diario vivamos en la voluntad de Dios, pidámosle también al Señor que Él nos llene de inteligencia espiritual para que podamos conocer y hacer su voluntad. Esto no solo para que tengamos paz personal, sino para que, al igual que Pablo, intercedamos sacerdotalmente a favor de las personas que el Señor hoy nos recuerde, con las que nos encontremos y las que necesitan de nuestra ayuda.
Por Markus Steiger