“Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido”.
Isaías 33:9-10
Dios dijo esto en aquel entonces a Israel, pero en la actualidad nos lo dice a nosotros por medio de Jesucristo. ¿Pero qué significado tienen las palabras “Ahora me levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido”? ¡Es algo maravilloso! Dios dice esto referente al hecho de que la tierra se ha enfermado y enlutado. Y por eso esta declaración: “Ahora me levantaré (…) ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido”, no es otra cosa que lo que Isaías dice en el capítulo 44, versículo 3: “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos”. Dios quiere regalar estas bendiciones donde ahora hay luto y enfermedad. Naturalmente, la declaración en cuestión es referida en primera instancia a Israel, pero me gozo de poder tener la seguridad de que en la actualidad también a nosotros nos dirige Dios estas palabras. Él nos dice: “Derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida”. ¿Acaso no es sequedad espiritual la que puede encontrarse en tantas congregaciones? Justamente allí, donde todo está marchito y seco, es donde Jesús quiere derramar ríos de agua viva. Sí, más aún: Él está esperando para poder hacerlo, en Isaías 30:18 leemos: “Por tanto, Jehová esperará para tener piedad de vosotros”. Querido lector, ¿está preparado para recibir un avivamiento?
Por Marcel Malgo