“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.*
Santiago 1:2-4
¡Ninguna persona desea que le lleguen pruebas, problemas o tentaciones! Ni aquellas que están lejos de Dios ni tampoco las que conocen personalmente a Cristo. Justamente, hay hijos de Dios que sostienen a menudo que Dios los debería guardar de esas situaciones. En la Biblia, sin embargo, no se encuentra ningún fundamento a esta creencia. Por el contrario, Santiago aquí se está dirigiendo a los “hermanos”. Hasta dice que se hallarán en diversas tentaciones. Mientras estemos en este mundo seremos el blanco del enemigo. Muchos se desesperan creyendo que la tentación es pecado. Hebreos 4:15, sin embargo, dice claramente que ni las pruebas ni las tentaciones son pecado: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. También Jesús fue tentado en todo, pero se mantuvo firme. La tentación recién se convierte en pecado cuando logra atraparnos. Pero Dios es fiel y no nos deja ser tentados más de lo que podamos resistir, sino que juntamente con la tentación dará la salida para que podamos soportar (1 Corintios 10:13). El Señor tiene un motivo determinado al permitir que nos sobrevenga la tentación o la prueba. Santiago escribe que el Señor quiere que nuestra fe se vuelva perfecta y que no nos “falte cosa alguna”. Quiera el Señor darnos esta perspectiva en tiempos difíciles. Entonces, podremos estar gozosos pese a las circunstancias.
Por Markus Steiger
*Las palabras prueba (v. 2) y tentación (v.12) son la misma en el griego. En este devocional, el autor usa más bien la palabra “tentación” en el v. 2 (N. del T.).