“Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas”. Mateo 14:20
En el Antiguo Testamento, en la historia de Rut, también dice en cuanto a ella que comió y se sació y aún sobró. ¿Qué hizo con lo que sobró? Se lo dio a su suegra. ¿Qué se habrá hecho con las doce cestas de pan? No sabemos qué destino le dio el Señor. En Juan únicamente leemos que Jesús no quería que el pan se desperdiciara. Entendemos que el Señor Jesús no permitió que se juntara tanto pan, para que después se echara a perder. Seguramente hubo necesitados que recibieron este pan para comer de él. A diario podemos comer del pan de vida de Jesús, su Palabra. Nos podemos sentar a su mesa y saciarnos en su compañía. ¿Pero qué hacemos nosotros con nuestras sobras? ¿Nos las guardamos? Rut no lo hizo. Y esto nos es un ejemplo. Si fueron los discípulos quienes repartieron el pan y más tarde recogieron las sobras, nos podemos imaginar que, finalmente, eran responsables de hacer llegar las cestas llenas a los hambrientos. Cuando se lamentaron diciendo: “Tenemos demasiado poco”, no fueron absueltos de su responsabilidad ni tampoco lo fueron cuando tal vez pensaron: “Es tanto, ¿a dónde vamos con todo esto?”. Lo mismo sucede con nosotros. El Señor Jesús ya nos mostrará y nos dará oportunidad para hacerle llegar a una persona nuestra sobra de alimento espiritual. ¿Tenemos un corazón abierto y un sentido agudizado para eso? Almas hambrientas – como una vez lo fue Rut – vendrán a nuestro encuentro, desesperadas buscando alimento espiritual. ¿Las vemos venir? ¿Las reconocemos?
Por: Stefan Hinnenthal.
2 Comments
Leo…en 1 CORINTIOS 3, 7
ASÍ QUENI EL QUEPLANTA ES ALGO, NI EL QUE RIEGA, SINO DIOS, QUE DA EL CRECIMIENTO.
Y EN 9: PORQUE NOSOTROS SOMOS COLABORADORES DE DIOS, Y VOSOTROS SOIS LABRANZA DE DIOS, EDIFICIO DE DIOS…………..miremos como sobreedidificar, porque nuestro fundamento es JESUCRISTO.
Gracias por su comentario.
Dios le bendiga, querida hermana.
Saludos, Daniel Olivera