“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Juan 16:33
¡Qué palabras tan consoladoras para los discípulos! Son válidas aún hoy día para cada persona que cree en Jesús. Pese a que muchos opinan que un buen día el hombre podrá alcanzar la paz por sí solo, el mundo se vuelve cada vez menos pacífico. Cada vez estallan más guerras, el crimen se incrementa a nivel mundial y las personas se sienten cada vez más inseguras. A esto se refirió Jesús cuando dijo que en el mundo tendríamos miedo y aflicción. Como hijos de Dios estamos en este mundo, pero tenemos un refugio: Jesús. ¿Usted ya conoce esta paz divina? Juan 14:27 dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. La paz que establecen los hombres no es duradera, depende de las circunstancias externas. Lo más importante para una persona es que tenga paz con Dios. Pues solo si posee esta paz divina, podrá, a su vez, tener paz con otras personas. En la cruz Jesús nos concilió con Dios e hizo la paz, y solo Él puede regalarnos esta incomparable paz. Si en este mundo tenemos aflicción, Jesús nos dice: “…confiad, yo he vencido al mundo”. Jesús ya venció sobre todo aquello que nos atemoriza. Si nos afligimos en este tiempo en que las obras de las tinieblas se manifiestan cada vez con mayor ímpetu, podemos tener la seguridad: ¡Jesús es el vencedor! Y a Él queremos seguir con el testimonio de una profunda paz interna.
Por Markus Steiger.