“He aquí, Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza es JAH Jehová”.
Isaías 12: 2
Esta oración proviene de un canto de agradecimiento por parte de alguien que fue salvado por el Señor y expresa una gran seguridad y confianza especial delante de Dios el Señor. Esta palabra de Dios, usted que es salvo por Él, puede tomarla personalmente. “Dios es salvación mía”. Esto significa que Él es mi seguridad en el día de hoy, cualquiera sean las luchas que enfrente. La seguridad conlleva alegría, paz, amor y salvación en mi vida. Si Dios es por mí, ¿quién puede estar en contra de mí? En el diario vivir hay muchas situaciones en las cuales somos atormentados interior o exteriormente. Entonces podemos decir: “No temeré, porque mi fortaleza es JAH Jehová”. ¡Cuántas veces testificó David que él, cuando estaba en gran tormento, experimentó a Dios como su fortaleza! Siendo perseguido por el rey Saúl y todo su ejército, se escapó por poco de la muerte. Eso solo fue posible por la intervención de Dios. Siempre volvemos a leer de las veces en que la vida de David fue guardada milagrosamente, y cada experiencia fortaleció su seguridad en su Dios. También otros hombres de Dios han experimentado esta seguridad en Él. Recuerde a Daniel en el foso de los leones o a los tres amigos de Daniel que fueron arrojados al horno de fuego. Ellos confiaron en Dios, y Él los salvó. De la misma manera, puede experimentar esto hoy. Aunque el enemigo se enfurezca, Jesús es el vencedor. Él quiere que confíe en Su persona y que grite: “Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré, porque mi fortaleza es JAH Jehová”. Así puede enfrentar los diferentes problemas del día, con la promesa de la victoria. “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Por Erich Schäfer