“Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo”.
2 Corintios 2:17
La palabra falsificar aquí significa sacar ganancia de algo. Por lo tanto, Pablo está diciendo que hay personas que negocian con el evangelio. En muchos eventos se pide algo a cambio de la bendición o la sanidad, según la frase: “Si tú le das mucho al Señor, Él te dará mucho”. Si esto no sucede, como generalmente pasa, viene el reproche. ¡Seguramente no dimos todo o tuvimos muy poca fe, y por eso el Señor no nos dio su completa bendición! De esta manera se “falsifica” la Palabra de Dios. Jesús no es el centro de estos eventos, ni lo es la cruz, sino que lo que está en el centro es el hacer negocio. Pablo pudo decir delante de Dios que él predicaba Su Palabra. Él no proclamaba lo que la gente quería escuchar, sino lo que Dios le encomendaba. Esto le trajo mucha oposición, justamente de parte de los corintios. ¿Cuándo y por qué se falsifica o mezcla la Palabra de Dios? Cuando no tomamos la Biblia como la verdad completa. Pero Dios no hace las cosas a medias. Cuando Él ya no nos puede hablar, estamos en peligro de caer en estas falsificaciones, y Dios nos advierte muy seriamente de no modificar su Palabra: “Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida…” (Apocalipsis 22:18-19). Procuremos estar en constante comunicación con nuestro Señor, porque solo así creceremos en la fe y estaremos fundados firmemente en Él.
Por Markus Steiger