“Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo, pues, podemos saber el camino?”. Juan 14:5
Esta pregunta la hace Tomás cuando Jesús les hablaba sobre las cosas venideras: de la gloria celestial, de la mansión que nos tiene preparada, de su partida y su regreso. Este carácter del incrédulo Tomás se refleja en muchos de los creyentes de los últimos tiempos. ¿Cómo podemos saber si Jesús regresa pronto? Tomás dudó. No pudo aceptar las palabras de Jesús como si fueran una realidad, a pesar de que estaba muy cerca de nuestro Señor, ya que era uno de los doce. Aun así, su incredulidad fue más grande que la confianza en las palabras de Jesús. Las dudas alejaron a Tomás de la comunión con los hermanos. Así también, fue él quien estaba ausente cuando el Señor se presentó a sus discípulos después de resucitar. En Juan 20:24-25 leemos lo siguiente: “Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto…”. Estas pocas palabras nos dan una imagen profética de la segunda venida de Cristo, ya que así mismo sucederá. Tomás, debido a sus dudas e incredulidad, se perdió la venida del Señor. A diferencia de los otros discípulos, él no lo pudo ver en Su primera aparición porque estaba ausente cuando el Señor se manifestó. ¿Usted cree que Jesús se fue a prepararnos una morada y que a su tiempo volverá? ¡La incredulidad nos separa de Dios! La actitud de duda y de desconfiar de Su palabra nos aleja de una Iglesia que espera. De esa forma corremos el peligro de perdernos lo mejor. ¿Es usted un Tomás? ¡Entonces vuélvase hoy, ya que el Señor vuelve pronto! Pero Él solo viene para aquellos que le esperan.
Por Peter Malgo