“Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle”.
Lucas 22:41-43
Aquí el Señor Jesús experimentó un encuentro directo con el cielo, ya que se le apareció un ángel para fortalecerle. No fue un fortalecimiento común y corriente el que el Señor experimentó en este pasaje, sino que fue algo completamente fuera de lo normal, lo cual solo experimentó una vez en su vida. Vamos a hacernos una pregunta muy importante: ¿Cuándo vivió el Señor este peculiar encuentro celestial? ¿En qué tiempo se le apareció un “ángel del cielo para fortalecerle”? Exactamente, un instante después de entregarse a la voluntad de su Padre, cuando dijo estas profundas palabras: “…pero no se haga mi voluntad sino la tuya”. Aquí se cumple lo que dice en 2 Crónicas 16:9: “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. Gracias a que Jesús depositó completamente su voluntad en las manos del Padre, su corazón estaba dirigido completamente a Él, y esta fue también la razón por la que el Señor fue bendecido en forma tan impresionante, dado que un ángel del cielo apareció para fortalecerle. ¡Cuán profunda verdad nos es presentada aquí, qué misterio tan profundo nos es revelado! Ya que, verdaderamente, siempre podemos contar con la ayuda del Señor, especialmente cuando descansamos completamente en su voluntad. ¿No quisiéramos comenzar nuevamente a depositar nuestra voluntad en la Suya? Quizás el Señor ya esté esperando hace largo tiempo que así suceda.
Por Marcel Malgo