“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús…”
Romanos 8:1
Es arriesgado hablar sobre la condenación, ya que las personas hoy día no quieren escuchar al respecto. El mundo quiere ser engañado y no darse cuenta de que las personas se están perdiendo al no estar “en Cristo Jesús”. Pero la verdad de Dios no puede ser derribada: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Jesús nos muestra en el Sermón del monte el camino a la salvación: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24). Pero quien rechaza esta sobreabundante misericordia de Dios en Cristo Jesús, elige el camino a la perdición. En el Gólgota, Jesús cumplió el impresionante milagro: no más condenación, sino indulto, amnistía para todas las personas que aceptan su misericordia. Quien se opone a tal amor, consecuentemente invoca el juicio de Dios sobre sí mismo. En Jesús estamos en el arca de la salvación; afuera solo hay muerte y perdición. “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). Para el daño irreparable en nuestras vidas, ocasionado por el pecado, solo existe una cura: la preciosa sangre de nuestro salvador Jesucristo. Para ello Él abandonó el cielo, viniendo a la tierra y así salvarnos de la condenación eterna. “Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” (Salmos 103:3). Quien acepta esto por la fe, está en el arca de la salvación. La Palabra de Dios es nuestra guía.
Por Burkhard Vetsch