“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”.
Hebreos 13:5
El Señor conoce los peligros espirituales a los que estamos expuestos. Por eso nos comparte sus advertencias. Él quiere ayudarnos para que no nos perdamos persiguiendo las cosas pasajeras. Jesús nos llama: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). A lo mismo nos exhorta el Espíritu Santo por medio del apóstol Pablo: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios” (Colosenses 3:1-3). La tentación de querer sentirse seguro con las cosas materiales siempre está ahí, pero la garantía de nuestra seguridad temporal y eterna solo la tenemos en aquel que posee todas las cosas, en aquel en el cual habita toda la plenitud de la deidad: Jesucristo. “Contentos con lo que tenéis ahora”. Con eso podremos reprimir la tentación del “yo también quiero tenerlo”. Deberíamos reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios. Él solo espera una cosa de nosotros: que seamos hallados como buenos administradores de lo que nos ha sido confiado. “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (1 Corintios 4:2). Sea usted también un fiel administrador de lo que Dios le ha confiado. Así, experimentará Su fiel sustento y ayuda. Será entonces imposible que a Dios se le pueda pasar algo por alto, ya que Él es un Dios fiel y justo, y Él le ama.
Por Werner Beitze