“El que hace errar a los rectos por el mal camino, él caerá en su misma fosa; mas los perfectos heredarán el bien”.
Proverbios 28:10
Hace no mucho tiempo, las personas aún sabían cuándo algo era comprobado y cuándo no. Solo tenían que combinar sus pensamientos con sus actos y estaban dispuestos a cambiar su forma de vida con base en pensamientos lógicos. Pero con el comienzo de la prensa abierta y el actual sistema de educación escolar ha sucedido un profundo cambio. El hombre actual está acostumbrado a que una docena de filosofías contradictorias entre sí estén dando vueltas en su cabeza. No ve una enseñanza como verdadera o falsa en primer lugar, sino como académica, evolutiva, pragmática, convencional, radical… Sus armas no son los argumentos, sino los juegos de palabras, justamente cuando se trata de la fe. El diablo sabe perfectamente que le espera una buena cosecha con estos tiempos modernos y actualizados. Hoy, cuando simplemente por principio se pone en tela de juicio cosas ya comprobadas, para no quedar como atrasado y arrollado por el tiempo, es difícil comunicar valores éticos. Pero sin la medida correcta el hombre pierde su honor, su respeto y, sobre todo, la visión de justicia. No en vano dice en la Biblia que la injusticia tomará el control en los tiempos finales (Mateo 24:12) y que la verdad de Dios será convertida en mentira (Romanos 1:25). ¿Qué directivas valen en nuestra vida? ¿Qué valores nos son importantes? ¿Nos guiamos por medidas humanas o por la sencilla y clara Palabra de Dios? Para todos nosotros deseo lo último, porque entonces seremos luz y sal en un mundo que necesita ambas cosas urgentemente.
Por Markus Steiger