
“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!”.
Lucas 2:14

“¡Gloria in excelsis Deo!”. ¡Nunca antes los ángeles trajeron noticia más maravillosa que esta! Y fue precisamente a los menospreciados pastores que se les anunció primero el evangelio, las buenas nuevas de que el salvador del mundo había nacido. “Gloria” es para el Dios tres veces santo. A Él sea la honra, la gloria y la adoración. Él dio lo más preciado para nuestra salvación: su único y amado Hijo. Qué espantosa es la falta de veneración de muchas personas: el santo nombre de Dios, que nos es dado para adoración, es penosamente profanado y burlado. Pero Dios no se deja burlar. La “paz sobre la tierra” solamente existe donde las personas permiten que Dios entre en sus corazones. El camino de Jesús conduce del pesebre a la cruz del Gólgota, donde Él, como Cordero de Dios, sufrió y murió por los pecados suyos y míos. Pero la muerte y la tumba no pudieron retenerlo. Ahora está a la diestra del Padre en los cielos. La Navidad no sería más que una farsa si Jesús no es el Señor de su vida. “Buena voluntad para con los hombres”. ¿Es usted un hombre según la voluntad de Dios? Si es así, también se lo va a colmar de fidelidad y gracia. Las personas según Su voluntad son todos aquellos que reconocen sus pecados y se los confiesan a Jesús. A cambio, obtienen paz, alegría y seguridad, también en la adversidad. Qué cambio tan feliz. La Navidad se puede convertir en una feliz “gloria”, si usted adora al Padre en los cielos y a su Hijo Jesucristo poniendo su vida a Su servicio. Pronto viene Jesús para llevarse consigo a los suyos. Como hijo de Dios puede esperarlo con un alegre: “¡Gloria!”.
Por Burkhard Vetsch