
“Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su obra es hecha con fidelidad (…) Porque él dijo, y fue hecho; él mandó y existió”.
Salmos 33:4, 9

El cielo permanece abierto, ¿sabes por qué? Porque Jesús peleó y sangró, ¡por eso! En Jesús todas las promesas de Dios son Sí y Amén (2 Corintios 1:20). Esto también es válido hoy, y para usted personalmente. Toda la vida de Jesús está marcada por la excepcional intervención del Padre. La palabra de Dios atestigua que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8). Como hijos de Dios, cuya vida con Él está en orden, podemos también hoy pararnos bajo un cielo abierto, como fue en el caso de Jesús. El Señor quiere ser también hoy el que vive, ayuda, pone en orden y sana. Él quiere revelar su poder y gloria en su situación y en la mía. El hecho de que hoy todavía podamos relacionarnos con un Dios capaz de hacer milagros, es un desafío para llamarlo con mayor confianza en la oración. Así Él podrá hacer visible su poder en nuestra situación. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres” (Tito 2:11). Cuanto más reconozcamos lo que Dios hizo por nosotros y lo que está dispuesto a hacer –“Jehová puede darte mucho más que esto”(2 Crónicas 25:9b)– más fuerte y profundamente nos aferraremos a Él, y le seguiremos solo a Él. Es eso lo que hará que en nosotros, débiles criaturas que experimentan la fidelidad de Dios, crezca el gozo que ya experimentamos. Con base en sus promesas podemos aprender a diario a descansar cada vez más en Él. ¡Anímate junto a Jesús, sea cual sea tu necesidad, anímate junto a Jesús, Él te librará! ¡Él no te negará su ayuda!
Por Werner Beitze