“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.
Apocalipsis 1:8
Jesús vuelve, es el clamor, el tema y el contenido de toda la Biblia. Su regreso es la suma de todas las promesas y profecías del Antiguo y Nuevo Testamento. Todo lo que ocurre en este mundo (la política actual, el reagrupamiento del pueblo de Israel, la perturbación de los pueblos, el incremento de las catástrofes), apuntan hacia este evento único de la historia de salvación de la humanidad y del mundo. Una poesía dice lo siguiente: “Las señales del fin nos muestran claramente el poder con el cual irrumpe en cada región la noche oscura”. Pero también menciona lo siguiente: “Una silenciosa suposición, que el día ya no es lejano, en el que resplandezca con majestad la brillante estrella de la mañana”. “…el que es y que era y que ha de venir”. “El que es” alude a la divinidad de Jesús. Él no tiene ni principio ni fin. Siempre estuvo, estará por la eternidad, y pudo decir de sí mismo: “Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). “Y que era” alude a que Jesús vino desde la eternidad hacia el tiempo y el espacio, tomando forma humana y haciéndose carne y sangre. Se entregó completamente como ser humano y vino para morir en la cruz del Gólgota. “Y que ha de venir” significa que no permaneció muerto, sino que resucitó y ascendió hacia su Padre en los cielos. Desde allí volverá nuevamente. Jesús realmente estuvo en esta tierra, realmente murió y resucitó, y asimismo volverá. El hecho de que regrese es tan seguro como el Amén en la iglesia. Eso lo subraya la Biblia al decir: “…y todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7). ¿Ya ha preparado su vida para esto?
Por Norbert Lieth