Advertencias a los discípulos sobre el final de los tiempos

En 2 Timoteo 3, Pablo instruye al joven Timoteo sobre los tiempos finales de la Era Cristiana, cuando hombres con “apariencia de piedad,” que antes fueron religiosos, y aun creyentes, dejarán la fe y afirmarán que practicar las virtudes cristianas ya no es la forma práctica e ideal de vivir.

Pablo enumera los rasgos de éstos cuyas vidas estarán centradas en sí mismos, su amor irrefrenable al dinero, su autosuficiencia y su disfrute del placer, las desviaciones y sus irresistibles instintos e impulsos. Aunque antes del Rapto serán así casi todos los que rechacen a Jesucristo como Salvador, ya en tiempos de Timoteo había tales individuos, de los cuales se le aconseja alejarse.

Los amadores de sí mismos, arrogantes, impetuosos, implacables, traidores, blasfemos…que hoy van en aumento, son producto de hogares sin padres que les inculcaran valores cristianos, ni fueran los modelos de una
conducta recta. Olvidaron a Dios. Así destruye Satanás la familia y la sociedad en estos tiempos de apostasía.

En contraste con lo anterior, Pablo le recuerda a Timoteo cómo sus piadosas abuela y madre lo educaron eficazmente las Escrituras, y forjaron así su carácter y su fe con que ahora sirve fielmente a Dios. Lo insta a permanecer en esa fe e instruir sólidamente en la Palabra de Dios a quienes tiene a su cargo.

Este ejemplar es una advertencia y a la vez una motivación de permanecer apegados a las Sagradas Escrituras en medio de este mundo cada vez más tenebroso.