Halloween
$3300
“¡Alas de murciélago, cola de lombriz, que hoy y siempre seas muy feliz!” Así dice una rima alusiva a Halloween. ¿Será esta una receta para ser feliz? ¿qué dices tú?
Paquete x 100 folletos
“¡Alas de murciélago, cola de lombriz, que hoy y siempre seas muy feliz!”
Así dice una rima alusiva a Halloween, el antiguo rito que en nuestros tiempos ha sido reciclado y es utilizado por el comercio para hacerse de un buen dinero. Mientras tanto, los niños disfrutan recibiendo golosinas, y algunos más grandes logran, con un buen disfraz, asustar a algún desprevenido.
Pero en tiempos ancestrales, lo que había entre los Celtas de Gran Bretaña no era alegría ni diversión, sino un gran miedo por la noche en la que, según ellos creían, los espíritus de los muertos los visitarían. Esta era la noche de Halloween, la víspera del día de los muertos.
Ahora, seguramente será difícil encontrarnos con alguien que crea que alas de murciélago y cola de lombriz sean los ingredientes de una receta para la felicidad. ¿No te parece?
Por eso, la Biblia da una receta más seria y más segura para ser feliz: “Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.”
“¡Dichosos aquellos a quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! ¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!.”
Dios también te dice cómo puedes conseguir un corazón limpio: “Si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado… Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
Habrás escuchado de Jesucristo, que murió en una cruz. Su muerte no fue un accidente; tampoco murió porque se lo merecía. ¡Todo lo contrario! Él vivió la vida más perfecta de los seres humanos.
De nosotros la Biblia dice que “todos hemos pecado” y que “la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva (regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús…”
Jesucristo es Dios, y se hizo hombre para poder, mediante su muerte, pagar el precio necesario para limpiarte de tu maldad. Jesús demostró ser Dios al resucitar al tercer día de la muerte.
La receta de la felicidad comienza con decirle las cosas a Dios tal como son. Confiésale tus desaciertos, tus malos pensamientos, tus malas acciones. Él te puede perdonar y limpiar.
Dile: “Yo he pecado, y merezco un castigo, pero creo que moriste por mí, que recibiste el castigo que yo merecía. Perdóname, Dios, y limpia mi corazón. Sé mi Señor y Salvador. Quiero de ahora en más hacer tu voluntad”.
Peso | 275 g |
---|
Productos relacionados
-
Huellas engañosas
$1870 -
La Carta de Judas
$6000
Valoraciones
No hay valoraciones aún.